Жили-были Сеня и Даня…
Марина Аромштам
Érase una vez Senya y Dani...
En una ciudad muy muy grande, en una casa nueva, en un apartamento en el piso más alto, vivía un niño pequeño, Senya. La casa de Senya tenía vistas a las colinas. Era muy bonito. Y detrás de las colinas estaba el mar.
Aparte de Senya, en el nuevo apartamento vivían su madre, su padre y el gato. Mejor dicho, no un gato, sino un gatito. El gatito se llamaba Push. Senya lo obtuvo hace poco- justo el día de la inauguración de la casa. Push corría por las aún vacías habitaciones, olía el aire, las esquinas- y después de eso la madre empezó a desempaquetar las cosas y a ordenar la vajilla.
Mientras tanto, Senya jugaba con el gatito y se alegraba de haberse mudado.
Pero después se puso triste. No conocía a nadie en el nuevo edificio. Ahí, aún no vivía mucha gente. Desde la ventana de su cuarto Senya podía ver la construcción. Ahí trabajaba una grúa. La grúa daba giros, movía sus ganchos y cuerdas- construía otro edificio más. Y al llegar la tarde se cansó y se congeló, y quedó inmóvil.
Y de pronto Senya vio una estrella. Era una estrella muy pequeñita. Se colocó cómodamente en la flecha de la grúa y se iluminaba de manera muy llamativa.
Senya achinó ligeramente los ojos, y la estrellita parpadeó. ¿Se lo hacía a él? ¿O a otra persona?
< ¿Y si hace realidad mi deseo?... ¡Ojalá en el nuevo edificio, el que está construyendo la grúa, se instale un niño- igual que yo! Nos encontraremos y nos haremos amigos. ¡Él será mi mejor amigo!>
De repente la estrellita parpadeó otra vez- y después cogió y desapareció.
¡Qué pena! - suspiró Senya.
Y en otro lugar, en un edificio muy muy viejo, en la planta baja vivía un niño pequeño, Dani. Y justo detrás de su edificio había un páramo. En el páramo había un vertedero.
Dani vivía con su madre. Y tenía un perro llamado Dic. Dani y Dic jugaban a menudo juntos. Dani no tenía a nadie más con quien jugar. En el viejo edificio junto al vertedero hace tiempo que no quedaban niños. Todos se habían mudado hace tiempo. Dani y su madre se quedaron. Ellos no tenían dinero para una mudanza.
¡Ojalá volviera papá! Su padre se marchó a trabajar. Muy muy lejos...
A través de la ventana de su pequeña habitación, Dani veía un viejo árbol. Eso era un pino. Ha crecido aquí desde antes de que apareciera el perro. Hasta antes que eso, desde que construyeron el edificio. Una vez, en una de las ramas del pino, se posó una gran estrella.
Esa estrella parecía enorme. Ésta se colocó cómodamente en las largas y verdes agujas y brillaba en la oscuridad.
Dani se cubrió los ojos, y la gran estrella parpadeó.
Dani pensó: <Vaya estrella...Voy a pedir un deseo...Quiero que vuelva mi padre. También quiero vivir en una casa nueva. Además, quiero tener un amigo.>
La gran estrella parpadeó una vez más, y después cogió y desapareció.
<Bueno...>- Dani suspiró.
… Y por la mañana le despertaron unas voces muy alegres.
- ¡Dani! ¡Papa ha llegado!
- ¡Hijito! ¡Si que pesas! - El padre abrazó a Dani e intentó levantarlo un poco. - ¿Todo bien? ¿Cómo está Dic? ¿Alegre? ¡He encontrado otro trabajo! - Y el padre empezó a reírse.- Nos mudaremos dentro de poco. Viviremos en una ciudad grande, en un edificio nuevo y grande. Al mirar por la ventana veremos colinas. ¡Y detrás de las colinas, Dani, - el mar!
Dani se acurrucó a su padre y entrecerró sus ojos fuertemente. Y después entreabrió los ojos y hecho un vistazo rápidamente por la ventana. Era por la mañana, era luminosa. Pero en la rama del pino, la estrella estaba sentada de nuevo...
Érase una vez Senya y Dani...
En una ciudad muy muy grande, en una casa nueva, en un apartamento en el piso más alto, vivía un niño pequeño, Senya. La casa de Senya tenía vistas a las colinas. Era muy bonito. Y detrás de las colinas estaba el mar.
Aparte de Senya, en el nuevo apartamento vivían su madre, su padre y el gato. Mejor dicho, no un gato, sino un gatito. El gatito se llamaba Push. Senya lo obtuvo hace poco- justo el día de la inauguración de la casa. Push corría por las aún vacías habitaciones, olía el aire, las esquinas- y después de eso la madre empezó a desempaquetar las cosas y a ordenar la vajilla.
Mientras tanto, Senya jugaba con el gatito y se alegraba de haberse mudado.
Pero después se puso triste. No conocía a nadie en el nuevo edificio. Ahí, aún no vivía mucha gente. Desde la ventana de su cuarto Senya podía ver la construcción. Ahí trabajaba una grúa. La grúa daba giros, movía sus ganchos y cuerdas- construía otro edificio más. Y al llegar la tarde se cansó y se congeló, y quedó inmóvil.
Y de pronto Senya vio una estrella. Era una estrella muy pequeñita. Se colocó cómodamente en la flecha de la grúa y se iluminaba de manera muy llamativa.
Senya achinó ligeramente los ojos, y la estrellita parpadeó. ¿Se lo hacía a él? ¿O a otra persona?
< ¿Y si hace realidad mi deseo?... ¡Ojalá en el nuevo edificio, el que está construyendo la grúa, se instale un niño- igual que yo! Nos encontraremos y nos haremos amigos. ¡Él será mi mejor amigo!>
De repente la estrellita parpadeó otra vez- y después cogió y desapareció.
¡Qué pena! - suspiró Senya.
Y en otro lugar, en un edificio muy muy viejo, en la planta baja vivía un niño pequeño, Dani. Y justo detrás de su edificio había un páramo. En el páramo había un vertedero.
Dani vivía con su madre. Y tenía un perro llamado Dic. Dani y Dic jugaban a menudo juntos. Dani no tenía a nadie más con quien jugar. En el viejo edificio junto al vertedero hace tiempo que no quedaban niños. Todos se habían mudado hace tiempo. Dani y su madre se quedaron. Ellos no tenían dinero para una mudanza.
¡Ojalá volviera papá! Su padre se marchó a trabajar. Muy muy lejos...
A través de la ventana de su pequeña habitación, Dani veía un viejo árbol. Eso era un pino. Ha crecido aquí desde antes de que apareciera el perro. Hasta antes que eso, desde que construyeron el edificio. Una vez, en una de las ramas del pino, se posó una gran estrella.
Esa estrella parecía enorme. Ésta se colocó cómodamente en las largas y verdes agujas y brillaba en la oscuridad.
Dani se cubrió los ojos, y la gran estrella parpadeó.
Dani pensó: <Vaya estrella...Voy a pedir un deseo...Quiero que vuelva mi padre. También quiero vivir en una casa nueva. Además, quiero tener un amigo.>
La gran estrella parpadeó una vez más, y después cogió y desapareció.
<Bueno...>- Dani suspiró.
… Y por la mañana le despertaron unas voces muy alegres.
- ¡Dani! ¡Papa ha llegado!
- ¡Hijito! ¡Si que pesas! - El padre abrazó a Dani e intentó levantarlo un poco. - ¿Todo bien? ¿Cómo está Dic? ¿Alegre? ¡He encontrado otro trabajo! - Y el padre empezó a reírse.- Nos mudaremos dentro de poco. Viviremos en una ciudad grande, en un edificio nuevo y grande. Al mirar por la ventana veremos colinas. ¡Y detrás de las colinas, Dani, - el mar!
Dani se acurrucó a su padre y entrecerró sus ojos fuertemente. Y después entreabrió los ojos y hecho un vistazo rápidamente por la ventana. Era por la mañana, era luminosa. Pero en la rama del pino, la estrella estaba sentada de nuevo...